miércoles, 27 de noviembre de 2013


DEMOLICIÓN DEL EDIFICIO DE AGISA

Desindustrialización y transformación urbana en Madrid

21 abril, 2008 por Enrique Fidel

Arganzuela, paradigma madrileño

EMadrid el ejemplo más paradigmático es el del distrito de Arganzuela, en la zona Sur, que poseía gran número de industrias, muchas de ellas de finales del siglo XIX, y la edad media de la mayoría era de más de cincuenta años. En el Plan General de 1963 ya se proponía el cambio del uso industrial al residencial, lo que con el tiempo se ha traducido en el abandono paulatino de las industrias y su transformación en barrios residenciales con un gran volumen de viviendas y una alta densidad. El uso intensivo del suelo en forma viviendas ha llevado también a una terciarización de estas áreas, debido a la necesidad de cubrir la demanda de servicios de todo tipo que reclaman los barrios muy densificados. El distrito de Arganzuela ha experimentado, por tanto, una de las mayores transformaciones entre 1979 y 1999, desde la reordenación de la glorieta de Atocha hasta los nuevos espacios verdes y residenciales ligados al Pasillo Verde Ferroviario –con la cesión de suelo de RENFE- y a la reconversión de los viejos espacios industriales de Méndez Álvaro y Legazpi. Las pocas industrias que sobreviven abandonan ya sin remisión el barrio. En Méndez Álvaro, eje básico para comprender el fenómeno, se están derribando los últimos edificios industriales que se encontraban ya abandonados, como Construciones Metálicas Jareño, Flex S.A., Galvanizados Torres, etcétera. Entre los que aún permanecen se encuentra AGISA.

domingo, 24 de noviembre de 2013



CERVECERIA LA CUCAÑA


He vuelto a retomar el cuaderno de paisaje urbano nocturno. Dibujos en blanco y negro, realizados del natural, con poca luz, frío y por tanto muy rápido   

jueves, 21 de noviembre de 2013

TURISTAS


Sobre ruedas


 Hablando por teléfono y tirando fotos al Palacio Real

domingo, 17 de noviembre de 2013


ARTE URBANO 


Podría ser lo que queda de una intervención de Nuria Mora

miércoles, 13 de noviembre de 2013

LA CAJA MÁGICA

El complejo deportivo fue diseñado por el arquitecto francés Dominique Perrault. Los materiales principales empleados en La Caja Mágica,  son el acero, el aluminio, el hormigón y el vidrio. Presupuestado inicialmente por 100 millones de euros, la factura total ascendió hasta los 294 millones de euros.
Se estructura en torno a dos edificios principales, La Caja Mágica y el Tenis Indoor.
La Caja Mágica alberga tres pistas con cubiertas móviles. La pista central  ofrece capacidad para 12.442 personas. Las pistas menores disponen de 2.923  y 1.772 asientos respectivamente, y habrían sido ampliadas si Madrid hubiera sido elegida sede olimpica.
El Tenis Indoor alberga once pistas cubiertas de menor tamaño. Dispone asimismo de las instalaciones correspondientes a su función como club deportivo.
La instalación donde se iban a celebrar las pruebas de tenis o balonmano no ha encontrado un uso fijo desde su inauguración en 2009, si bien alberga de vez en cuando competiciones de alto nivel, como el Máster de Tenis. 



Vista desde el Parque Lineal del Manzanares

martes, 12 de noviembre de 2013


VISTAS DESDE EL CERRO DE LA ATALAYA DEL PARQUE LINEAL DEL MANZANARES


Al oeste el Hospital 12 de Octubre


Al este las vías del AVE

lunes, 11 de noviembre de 2013

LA DAMA DEL MANZANARES


La Dama del Manzanares es una escultura urbana situada en Madrid. Se encuentra en el punto más alto del Parque Lineal del Manzanares, una zona ajardinada de 35 hectáreas articulada alrededor de las riberas del río Manzanares, en las proximidades del denominado nudo sur de la autopista M-30
La obra fue realizada en bronce y acero en el año 2003, a partir de un diseño del artista valenciano Manolo Valdés, uno de los fundadores del Equipo Crónica. Mide 13 metros de altura y pesa aproximadamente 8 toneladas.
La escultura corona la cima del cerro artificial de La Atalaya, que fue elevado, a modo de mirador de la ciudad, sobre una plataforma piramidal de 21 m de altura, diseñada por el arquitecto Ricardo Bofill. Representa la cabeza de una mujer, con el rostro orientado hacia el norte, esto es, hacia el casco urbano madrileño. Está dedicada al río Manzanares.





Vista de Madrid con la Dama del Manzanares en un primer plano


domingo, 10 de noviembre de 2013

sábado, 2 de noviembre de 2013


GRAN VÍA





A lo largo de su historia, la Gran Vía ha tenido diversos nombres oficiales, y también otros populares. En un primer momento, como ya se ha dicho, su construcción se dividió en tres tramos, que fueron dedicados a sendos personajes relevantes de la época. La Avenida A se llamó calle Eduardo Dato; el Bulevar,avenida de Pi y Margall y la Avenida Bcalle del Conde de Peñalver.
Tres meses antes de comenzar la Guerra Civil, en 1936, los dos primeros tramos pasaron a denominarse Avenida de la CNT. Ya en tiempos de la Guerra, serían conocidos como Avenida de Rusia. Este nombre volvería a cambiarse en noviembre de 1937 por el de Avenida de la Unión Soviética, colocándose una placa conmemorativa de piedra con los escudos de la II República Española y la Unión Soviética y el texto "Homenaje de los amigos de la URSS".
Durante este período también tuvo otros nombres populares como Avenida de los obuses o, la zona del bulevar, Avenida del quince y medio, en referencia a los proyectiles que el ejército franquista lanzaba sobre los pisos superiores del edificio de la Telefónica, que era usado como observatorio militar. En 1937el tramo llamado Eduardo Dato recibió el nombre de avenida de México.
Al finalizar la Guerra Civil en 1939, con la victoria franquista y su entrada en Madrid, la calle pasó a llamarse desde el 24 de abril Avenida de José Antonio, en homenaje a José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española. También se denominó de igual forma la estación de metro de Gran Vía. Pese al nombre impuesto por el régimen, muchas personas continuaron llamándola Gran Vía.
En 1981, durante la Transición Española y siendo alcalde de Madrid el socialista Enrique Tierno Galván, el Ayuntamiento cambió el nombre de veintisiete calles, entre ellas el de la Avenida de José Antonio, que desde entonces se denomina, por primera oficialmente, simplemente Gran Vía.